El Tabaquillo

El tabaquillo (Polylepis australis BITT) es una especie endémica de la Argentina, prácticamente exclusiva de los bosquecillos de altura de los cordones serranos del centro y el noroeste argentino, entre los 1.200 y 3.500 msnm, donde crece en quebradas húmedas a resguardo del sol directo y de los vientos. Se estima que la población más austral de esta especie sobrevive en las inmediaciones de la localidad de Alpa Corral, en el cerro Montoso, a 1.800 msnm, muy cerca del límite con la Provincia de San Luis (Demaio et al., 2002). En el centro argentino se lo encuentra en las Sierras Grandes y de los Comechingones.

Estos bosques están dominados por la especie Polylepis australis Bitter (Rosaseae). Los bosques se encuentran en las grandes quebradas aunque existen pequeños bosquecillos o individuos aislados en quebradas menores, sitios rocosos, y a lo largo de arroyos (Cabido & Acosta 1985).

El Tabaquillo o Queñoa es un arbusto o pequeño árbol, que alcanza los 3 a 10 m de altura (aunque se han encontrado ejemplares de hasta 14 metros de alto y 365 cm de circunferencia en su base), presentando una copa redondeada con ramas tortuosas. Las hojas son compuestas, pinnadas, perennes, verdosas oscuras con bordes aserrados, lustrosas en el haz y pálidas en el envés. Las ramas son de dos tipos: largas sin hojas marrón rojizas y naciendo de estas, ramas más pequeñas, escamosas con hojas.

La corteza, castaña anaranjada, posee un rasgo distintivo específico, se abre en múltiples láminas finas, adheridas al tronco, dando aspecto de hojaldre.

La inflorescencia posee flores perfectas, en pequeños racimos que penden de las ramas, verdosas y pequeñitas.

La especie es parcialmente resistente al fuego, y su capacidad de rebrotar la fija como especie resiliente. La resistencia de la especie posiblemente se dé por su poca combustibilidad y por su corteza en forma de finas láminas; la corteza aísla al tronco de las temperaturas ambientales extremas y es probable que cumpla una función similar ante el fuego.

Entre sus funciones, el tabaquillo protege a los suelos de la erosión, capta la neblina aumentando las precipitaciones, forma suelos esponjosos que almacenan el agua proveyéndola a los ríos durante los meses con escasas precipitaciones. Además sus bosques albergan especies únicas en el mundo. En el pasado sus poblaciones han sido diezmadas por los fuegos, el ramoneo de los renovales por el ganado y la tala – más recientemente algunos de sus bosques están siendo invadidos por especies exóticas implantadas o asilvestradas cómo los pinos, rosa mosqueta, cotoneaster y zarza mora.

Afortunadamente en la actualidad una porción de los bosques de tabaquillos se encuentran protegidos en el Parque Nacional Quebrada del Condorito, en la Reserva Hídrica de Achala y en la reserva privada Los Tabaquillos de la fundación Espacios Verdes. Existen varias iniciativas de reforestación con esta especie en las localidades de Los Gigantes y en las serranías cercanas al Cerro Champaquí.